Teoria de la Información
Lengua de impartición principal: castellano
HorarioSem.1 | LU | 12:00 14:00 | b603 | |
Sem.1 | MI | 10:00 12:00 | b603 |
La sociedad de la información está en boca de todos, de un parque de Smartphones en incesante crecimiento, de la innegable demanda de información en tiempo real, así como de un grado creciente de digitalización de las costumbres.
No obstante, pese a la omnipresencia del concepto de sociedad de la información y de la sensación que todos tenemos de estar inmersa en ella, su noción central —qué es exactamente la información— sigue siendo un punto controvertido para los especialistas. Ciertamente, el lenguaje corriente usa el término sin grandes problemas, mientras que el mundo científico y académico discute no ya sobre las leyes de la información, sino sobre su misma naturaleza. Efectivamente, el recorrido por las diferentes teorizaciones existentes en torno a la información nos mueve a pensar que estamos ante un concepto complejo y equívoco.
Sin embargo, también nos descubre que, durante décadas y aún hoy, hay una definición que sí ha resultado ser un punto de referencia ineludible para todas las demás: la teoría matemática de la información, formulada en 1948 por Claude E. Shannon y completada en 1949 por Warren Weaver. La funcionalidad esquemática y los conceptos que utilizaba el modelo de Shannon y Weaver (emisor, receptor, mensaje, codificación, decodificación, ruido, etc.) provocaron que una teoría originariamente dirigida a resolver problemas técnicos en la transmisión de información fuera adoptada como modelo descriptivo y explicativo de todo tipo de procesos de información y comunicación, entre ellos también los genuinamente humanos. La insistente retórica en torno al fenomenal desarrollo de dispositivos y tecnologías sugiere que, para muchos, el giro hacia la sociedad de la información se basa y se ha basado en un concepto en realidad algo hueco de información, a saber, una gran cantidad de datos organizados y transmitidos digitalmente, cada vez a mayor velocidad y con mayor transparencia.
A lo largo de esta asignatura estudiaremos cómo, pese al cariz positivo de todos esos avances, no conviene que el discurso sobre la información sea un discurso sobre tecnología, ya que la faceta transportadora y automatizadora de las tecnologías de la información no basta para garantizar que las personas generen conocimiento, ni siquiera aquel que consideramos meramente operativo.
De ahí que, cada vez más, el término sociedad de la información se esté sustituyendo por el de sociedad del conocimiento. Se trata de una reorientación conceptual que apunta claramente a un entendimiento de la información más como una unidad humana y pragmática que no como la masa ingente de datos que la técnica permite difundir. Si se quiere avanzar hacia la sociedad del conocimiento, el hecho de colocar la información en el centro de la sociedad debe entenderse en el sentido de una formación más completa de las personas, que debe traducirse en un aprendizaje que dure toda la vida. El concepto de información como bien inteligible y benéfica va ganando relevancia, amenazado precisamente por su tendencia al gigantismo y por su torcimiento como mero producto de consumo. Si la información se transforma en conocimiento, ayuda a resolver problemas. En caso contrario, ella misma se convierte en un gran problema.
Nuestra asignatura va dirigida a superar una comprensión informatizada de los procesos humanos de información. Para corregir esa visión reduccionista subrayaremos que, más que un bien técnico, la información es un bien cultural; humano. Ni informar consiste solo en transmitir información, ni informarse consiste sólo en recibir información. Los procesos de información no son un intercambio de datos fríos o de mensajes aislados, sino una interacción de textos o discursos. Explicaremos que la información es una actividad social compleja: una práctica discursiva. Así, la problemática nuclear de la teoría de la información no es la información (en un sentido técnico-informacional o cibernético), sino el sentido.
Ninguno
Desarrollar personalmente una cultura informacional.
Comprender amplia y profundamente el fenómeno información.
Contrarrestar las incoherencias resultantes de aplicar generalizadamente una teoría matemática o informatizada a cualquier tipo de proceso de información.
Facilitar a los alumnos la adquisición de hábitos y habilidades informacionales, de forma que sepan entender y emplear la información como un instrumento para alcanzar objetivos personales, aumentar sus conocimientos y su potencial personal.
Mejorar el uso de la información en tanto que recurso, aprender a gestionarla inteligentemente, sacarle rendimiento, transformarla en conocimiento y almacenarla en forma de inteligencia.
Entender más a fondo cómo absorbemos, usamos, comunicamos y valoramos la información. Adquirir ideas y métodos que mejoren los procesos de información que los alumnos deberán liderar o en los que participarán.
Mejorar la calidad de la información que los alumnos producen.
Generar y mantener conocimiento diferencial.
Aprender a concebir, transmitir, producir conocimientos.
Dotar a los alumnos de los conocimientos y competencias que les permitan interactuar con el consumidor, de manera que este último sea capaz de generar conocimiento y tomar decisiones.
Diseño de sistemas de información-conocimiento centrados en el usuario. Creación de información que sea (más) fácilmente comprensible.
Aprender a sintonizar y transaccionar con el usuario, tanto para aumentar el propio conocimiento como el de los usuarios con los que por su profesión deberán interactuar.
Mejorar en el uso inteligente de la información.
1. Manejarán las distintas teorías que tratan de explicar el funcionamiento de los procesos de comunicación en todas sus dimensiones (emisor, mensaje, canal, receptor, uso, efecto, etc.)
2. Comprenderán la sociedad de la información.
3. Aprenderán a procesar la información para generar conocimiento propio y contenidos útiles para los consumidores.
6. Conocerán diversas técnicas y herramientas para trabajar con rigor científico y académico.
7. Adquirirán las habilidades expresivas necesarias para presentar en público los resultados de un trabajo científico.
1. ¿De la sociedad de la Información a la sociedad de la comunicación?
2. La multipantalla.
3. La tecnología: usos, propósitos, planteamientos.
4. La convergencia mediática y tecnológica
5. Storytelling, fabricando historias: el relato como instrumento comunicador.
6. Narrativas hipermédicas.
7. Cómo realizar un trabajo académico.
8. Cómo exponer un trabajo de investigación.
Clase Magistral. En las clases magistrales, el profesor, no sólo transmite contenidos o conocimientos, sino también, y sobre todo, actitudes, motivación, aptitudes, valores, etc. También facilita que los asistentes puedan manifestar sus opiniones y sus argumentos frente al resto de estudiantes. | 3,8 |
Seminario. esta actividad que consistirá en profundizar monográficamente en temáticas específicas, de especial actualidad –en algunos casos, socialmente debatidas–, mediante trabajo activo en grupos reducidos. | 0,2 |
Laboratorio. Grupos de trabajo en los que se combina la teoría y la práctica. En ellos el objetivo no consiste tanto en ejercitar técnicas ya conocidas, sino en hacer avanzar tanto la teoría como la técnica. Los lab culminará en un producto profesional o semiprofesional Taller. Espacio de trabajo eminentemente práctico, en el que se adquieren competencias pertenecientes a materias prácticas o también teóricas (capacidades intelectuales, lógicas, críticas, de aprendizaje intelectual, estudio, citación, etc..). |
0,7 |
Aprendizaje entre iguales. Con esta actividad se pretende que los alumnos ganen capacidad de análisis y capacidad crítica Un modo de conseguirlo es corregir ejercicios, productos, etc. de sus propios compañeros. Cada estudiante obtendrá una doble evaluación: como receptor y como transmisor de conocimiento crítico. | 0,4 |
Taller. Espacio de trabajo eminentemente práctico, en el que se adquieren competencias pertenecientes a materias prácticas o también teóricas (capacidades intelectuales, lógicas, críticas, de aprendizaje intelectual, estudio, citación, etc..). | 0,4 |
Coaching. Seguimiento, individual o en grupos muy reducidos, de cómo los alumnos asimilan los contenidos de la asignatura. En las sesiones de coaching, se corregirán defectos, se aclararán dudas, se propondrán ejercicios y actividades necesarias para conseguir los objetivos fijados. | 0,5 |
Gonzalo Abril: Teoría general de la información. Datos relatos y mitos. Cátedra: Madrid 1997.
Mortimer J. Adler, Charles van Doren: Cómo leer un libro. Debate: Madrid 1996.
Norman Baillargeon: Curso de autodefensa intelectual. Ares y Mares: Barcelona 2007.
Alfons Cornella: Infonomía.com. La empresa es información. Deusto: Bilbao 2000.
M. Victoria Escandell: Introducción a la pragmática. Ariel: Barcelona 2008.
Chip Heath, Dan Heath: Pegar y Pegar. Mayol: Madrid 2009.
Henry Jenkins, Convergence Culture. La cultura de la convergencia de los medios de comunicación. Paidós: Barcelona 2008.
Armand Mattelart: Historia de la sociedad de la información. Paidós: Barcelona 2002.
Ricard Ruiz de Querol, Jordi Buira: La sociedad de la información. Editorial UOC: Barcelona 2007.
Christian Salmon: Storytelling. La máquina de fabricar historias y formatear las mentes. Península: Barcelona 2008.
Dominique Wolton: Informar no es comunicar. Contra la ideología tecnológica. Gedisa: Barcelona 2010.
E: fecha de examen | R: fecha de revisión | 1: primera convocatoria | 2: segunda convocatoria: