06/03/2024

Dietmar Eberle: “El futuro de la arquitectura es cambiar la tecnología constructiva por software”

Los edificios 2226 del estudio de arquitectura Baumschlager-Eberle mantienen la temperatura entre 22 y 26 ºC sin calefacción ni aire acondicionado, combinando la física del mismo edificio con un ‘software’ de control de las condiciones de confort
 

El arquitecto austriaco Dietmar Eberle, fundador del estudio Baumschlager Eberle Architekten, explicó el jueves 29 de febrero en Barcelona que la clave de sus edificios 2226 consiste en que “cambiamos el hardware, la tecnología constructiva, por software, tecnología digital”. Este cambio de perspectiva, auguró, marcará el futuro de la arquitectura.

Eberle participó el jueves en la tercera conferencia del ciclo Foros sobre arquitectura y urbanismo, que organiza la Universitat Internacional de Catalunya (UIC Barcelona). Junto a Eberle, Hugo Herrera, socio y jefe del departamento de Diseño en la firma, profundizó en este enfoque arquitectónico. También participó en la conferencia Ignacio Fernández Solla, director de Planning & Advisory en la firma de ingeniería Arup, una consultora internacional de proyectos que integran la última tecnología para conseguir construcciones eficientes y sostenibles.

Juan Trias de Bes, arquitecto y profesor de UIC Barcelona, presentó la conferencia. “En este foro vamos a hablar de innovación”, avanzó. “Estamos inmersos en un momento de transformación y la arquitectura afronta nuevos retos. Los ponentes de hoy son profesionales que ofrecen respuesta a estos retos, porque son capaces de formularse las preguntas correctas”, afirmó.

Edificios 2226: temperatura constante sin calefacción ni aire acondicionado

Los edificios construidos o rehabilitados con el sistema 2226 del estudio Baumschlager Eberle Architekten mantienen la temperatura interior entre 22 y 26 ºC sin instalaciones de calefacción ni aire acondicionado. Estos edificios integran sensores y software que regulan las condiciones interiores.

Dietmar Eberle explicó que el punto de partida para desarrollar el sistema 2226 es “la comprensión de cómo funciona el clima y los factores que determinan el confort dentro de un edificio: la temperatura, el dióxido de carbono, la humedad del aire, la acústica y la iluminación”.

El sistema desarrollado por el estudio austriaco durante veinte años combina las características de geometría, física y masa termal del edificio con el uso de tecnología digital, para conseguir esta estabilidad térmica y sensación de confort de los usuarios.

El primer edificio 2226 se edificó en 2013 y su construcción fue financiada por el mismo estudio. “Sabíamos que tenía que funcionar, así que asumimos el riesgo de la construcción”, explicó Eberle. “Llevamos recogiendo datos sobre este edificio más de diez años; debe ser el edificio mejor documentado del mundo”, afirmó.

Hugo Herrera, por su parte, incidió en la importancia de basar las decisiones arquitectónicas en datos y cálculos. “No por utilizar madera o incluir vegetación un edificio es sostenible. Un edificio será sostenible cuando se conciba así desde el principio, habiendo medido y calculado al detalle todas las variables”, afirmó.

Herrera repasó diversos proyectos realizados por Baumschlager-Eberle Architekten, y destacó la importancia de que los arquitectos persigan también la belleza de sus obras. Afirmó que “nosotros buscamos realizar edificios con cualidades estéticas abstractas, que no vayan asociados a modas; creemos que es una forma de que el edificio perdure en el tiempo”.

Ignacio Fernández Solla apuntó que “el enfoque de la arquitectura en la segunda mitad del siglo XX en tecnologías complejas no ha funcionado”. En este sentido, revisó ejemplos de edificios icónicos que han tenido que ser renovados completamente, con costes tan elevados como los de su construcción.

En contraposición, explicó los principios con los que la consultora en ingeniería Arup enfoca sus proyectos constructivos: “La mejora de la salud de las personas, la transición a la economía de cero carbono, la economía circular, la resiliencia de las comunidades, la creación de valor social y el respeto a los límites del planeta”.