29/04/2022

Entrevista a la profesora Elena Neira, una de las “50 mujeres más poderosas del negocio audiovisual en España” según Forbes

Elena Neira, licenciada en Derecho y Comunicación Audiovisual, es profesora de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de UIC Barcelona y experta en nuevos modelos de distribución audiovisual. Es colaboradora habitual de los especiales de Movistar+ en las galas de los Emmy, los Globos de Oro y los Oscar. Doctoranda, sus principales líneas de investigación son el vídeo bajo demanda, el modelo Netflix, el impacto de las plataformas de streaming en la industria audiovisual tradicional y la transformación de los hábitos de consumo, entre otros. Ha impartido diversas conferencias, incluyendo una TED Talk sobre Netflix, y recientemente ha sido nombrada como una de las “50 mujeres más poderosas del negocio audiovisual en España” por la lista Forbes.

Compartes lista con Cristina Burzako, consejera delegada de Movistar Plus+; o Esther García, directora y productora con seis premios Goya. ¿Qué significa para ti aparecer en esta lista Forbes?

Ha sido una gran sorpresa que todavía estoy procesando. No es nada habitual que un perfil académico aparezca en una lista de este tipo. Es verdad que yo tengo dos sombreros, uno vinculado al ámbito profesional y otro vinculado al ámbito académico, que es hacia el que me estoy inclinando más últimamente. Ya llevo unos cuantos años en la industria y ahora me apetece un trabajo un poco más de reflexión, más de investigación. Estas listas tienen el valor que tienen, pero sobre todo me lo tomo como el colofón de muchos años de trabajo. Estoy feliz, pero también es una mochila de responsabilidad para seguir haciendo las cosas bien.

Entre las cincuenta escogidas por Forbes hay mujeres con cargos muy potentes, decisivos para la industria y el sector audiovisual. ¿Estamos frente a un cambio en el sector?

Es un ámbito muy difícil, porque cuesta encontrar mujeres en puestos de liderazgo o de responsabilidad. Siempre ha habido mucha presencia femenina en el sector, pero más en puestos de comunicación, de prensa o de marketing, y lo que escasea son mujeres en puestos de gestión, que tradicionalmente han sido más fuero de hombres, y esta es la parte que poco a poco está cambiando.

Hacía falta este cambio.

La verdad es que sí y me parece muy necesario que se normalice la presencia de voces femeninas en puestos que tradicionalmente estaban ocupados por hombres. Creo que es justo reconocer el trabajo de mujeres profesionales del sector audiovisual, en un momento tan relevante como el actual, de tantos cambios, de tantísima destrucción de un modelo antiguo y reconversión en un nuevo modelo. Listas como estas muestran también a futuros profesionales, como el alumnado de UIC Barcelona, que hay cargos muy relevantes para la industria ocupados por mujeres, aunque todavía estamos en ese punto que hay que crear listas separadas. Ojalá caminemos hacia un futuro en el que no haya distinción de género.

Eres el único perfil académico de la lista. ¿El sector audiovisual no lo tiene muy en cuenta?

Parece que a veces el mundo académico vive un poco al margen y no es así; hay investigadores que están investigando sobre temas muy interesantes y necesarios, como los relacionados con la diversidad, con la homogeneización cultural o con cómo se está reconfigurando el sector. Son investigaciones que la parte más profesional del sector también debe de tener en cuenta, y reconocer a los profesionales que estamos en el mundo académico, intentando impulsar el análisis y la reflexión.

Hablando de tu trabajo de investigación sobre el vídeo bajo demanda y Netflix, está claro que el modelo de consumo ha cambiado y también la velocidad. ¿Este cambio supone una bajada de la calidad de los productos?

Es el eterno debate. Estamos experimentando una transformación enorme, ya que venimos de un entorno en el que la oferta audiovisual estaba razonablemente controlada, porque teníamos una limitación física. En el momento en el que el vídeo bajo demanda se consolida y te permite como consumidor acceder a un repositorio casi infinito, las plataformas son conscientes de que la gasolina del crecimiento son los contenidos. Esto se traduce en un aumento exponencial del contenido producido que, al menos en la teoría, hace que sea un poco más difícil de conciliar con una producción basada en la calidad. Aun así, las plataformas se han dado cuenta de que todavía necesitan productos cuidados, de los que hable la gente, programas que sean relevantes culturalmente hablando, y por eso hay muchas plataformas que están apostando por una línea de contenidos muy cuidada.

¿Qué plataformas serían un ejemplo?

Netflix mismo, que podría ser la que está más en el punto de mira, tiene grandes contenidos de mucha calidad e incluso están invirtiendo en programas que no podrían haber visto la luz en una cadena convencional de televisión. O, por ejemplo, Apple TV+, que está apostando por una línea de contenido muy escogida, muy cuidada y diferente, con series como Ted Lasso, Severance o Pachinko, que me hacen recordar a la época de oro de HBO, con grandes series como Los Soprano o The Wire. Además, no olvidemos que Apple TV+ se ha llevado el Oscar con la película Coda.

¿Entonces podemos decir que nos encontramos en un buen momento para crear contenido?

Totalmente. Estamos en un momento muy dulce porque hay mucho trabajo y las plataformas buscan ideas, voces nuevas, y por suerte, por otro lado, contamos con mucho talento y con muchas personas con ganas de contar historias de manera diferente. Lo veo a diario, con mis alumnos, chicos y chicas creativos, con ganas de aprender y que entienden que se enfrentan a un sistema que está cambiando de una manera muy acelerada. Antes era mucho más difícil, porque tenías unas pautas controladas, y ahora las plataformas te invitan a experimentar.

En estos momentos la variedad de plataformas disponibles es enorme y el consumidor se tiene que suscribir a un gran número para poder acceder a las series y las películas que desea. ¿Cuál es el futuro del sector? ¿Vamos a vivir una consolidación?

Las plataformas han blindado el contenido y se han convertido en islas. Muy pocas comparten productos y como consumidor no tienes más remedio que pagar. Aun así, la presión de mercado es grande y cada vez es más difícil fidelizar al cliente durante todo el año, por eso están empezando a testearse los primeros modelos de agregación de plataformas, un servicio que a través de un precio único te permite acceder a contenidos de otras plataformas. Con la situación económica tan delicada que hay en muchos hogares, la decisión de qué plataforma se contrata y cuánto tiempo se mantiene se ha vuelto mucho más meditada, y por eso creo que la consolidación vendrá dada por el fenómeno de la agregación.

El streaming se lo pone muy fácil a la piratería, además pudiendo ofrecer los vídeos al momento y en muy buena calidad. ¿Cómo se está tratando actualmente esta problemática?

Cuando nació Netflix muchas productoras no creían que internet pudiera ser una oportunidad de negocio. La piratería estaba en auge, pero los consumidores se dieron cuenta de que era más rápido, seguro y sobre todo más cómodo pagar una plataforma que seguir descargándose contenido de internet de manera ilegal. El observatorio europeo de 2019 constató por primera vez en una década que las cifras de piratería habían descendido. Aun así, la piratería no ha desaparecido, porque la calidad de los productos piratas es en HD, e incluso podemos decir que se encuentra en un momento de renacimiento por culpa del aislamiento de los contenidos. El consumidor que ya paga diferentes plataformas, si quiere acceder a un contenido concreto que está encerrado en otra, puede que no esté dispuesto a pagar y recurra a la piratería.

La televisión como medio único de entretenimiento ya es historia. ¿Cuál crees que es el futuro de las televisiones convencionales? ¿Están condenadas a desaparecer poco a poco?

Llevamos dos décadas intentando matarla, pero me resulta muy triste pensar en un futuro sin televisión. Tenemos que entender que la televisión pública garantiza la democracia en el acceso. No podemos sustentar el acceso al entretenimiento en fórmulas de pago, eso sería injusto e impondría una carga en personas que no se puedan permitir pagar una plataforma. Es por cuestión estructural que creo que las televisiones cumplen un papel fundamental, y también en el papel informativo y educativo. Puede que en formatos de ficción ya no funcione, pero la televisión tiene mucho recorrido en contenidos que viven del directo, porque esa experiencia la plataforma bajo demanda no la puede reemplazar. El mejor ejemplo ha sido la pandemia o lo que está sucediendo ahora en Ucrania, en esos casos la televisión es nuestra ventana al mundo, así que no creo que vaya a desaparecer, solo tendrá que seguir adaptándose.

¿Y en el caso del cine?

El sistema de las ventanas, que era lo que garantizaba que una película tuviese un periodo de exclusividad comercial en las salas, no era un sistema óptimo. Ya antes de la pandemia se veía que era un modelo que beneficiaba a los blockbusters, pero condenaba a las películas más pequeñas que se quedaban en un cajón hasta que se les permitía pasar al alquiler digital. Entonces llegó la pandemia y precipitó muchos cambios que a la larga se iban a producir. Con las salas cerradas, los cines tuvieron que aceptar acuerdos que en condiciones normales no habrían aceptado y las majors, los grandes estudios, buscaron nuevas fórmulas para seguir ganando dinero con el público confinado en sus casas. Y esa brecha que se abrió ya no se puede cerrar. Disney y Warner son las que más están experimentando, haciendo que haya estrenos simultáneos (en el cine y en plataforma) o ya directamente sin pasar por el cine, como está haciendo Pixar, la joya de la corona de Disney.

¿Y cuál es la solución?

No es tanto una responsabilidad de los estudios de las nuevas maneras de distribuir el producto audiovisual, sino una necesidad de los cines de adaptarse al cambio. Ellos son los que tienen que repensar la manera en la que programan, replantear el espacio y necesitan reivindicar la última experiencia realmente inmersiva que nos queda. Han de aprender algo que las plataformas de streaming tienen muy claro y es que tienes que conseguir que el cliente vuelva.

Para acabar, como una de las voces que retransmiten los Oscars en Movistar+, ¿qué te ha parecido la gala de este año? ¿Coda ha sido una sorpresa con su Oscar a la mejor película?

Yo lo daba por sentado. Creo que el principal mensaje que lanza la academia a Hollywood con este premio es que está admitiendo la realidad de las plataformas de streaming y que está dispuesta a premiar una película que ha estado un corto tiempo en cines y después ha pasado a internet, pero que todavía no está preparada para premiar a Netflix, por seguir un modelo de negocio que no estrena sus películas en cines. Netflix lleva desde 2017, desde que puso toda la carne en el asador con Roma, haciendo campaña para conseguir un Oscar a la mejor película, no lo consiguió y tampoco con El irlandés, ni con Mank, a pesar de ser una película hecha expresamente para los Oscars. La academia ha premiado a Coda, una película con un mensaje delicioso, pero muy pequeña, al fin y al cabo, por encima de El poder del perro, que era una película mucho más oscarizable. Todo ello es una declaración de intenciones. La academia demuestra que acepta el streaming, deja que se sienten en la mesa, pero todavía no lo reconocen como a un igual por ser un modelo de negocio que destruye salas de cine.

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