El factor emocional puede perfilarse o diseñarse para suscitar una serie de sentimientos en la audiencia. En la comunicación es necesario aprender a gestionar las emociones, no sólo de los espectadores, si no de los futuros profesionales de los medios. El buen comunicador utiliza su cuerpo y su mente como herramientas de trabajo en las que interfieren los estados de ánimo y sentimientos. Resulta necesario, en este sentido, dotar a los alumnos de recursos necesarios para que se conozcan a sí mismos e interactúen con sus compañeros aprendiendo a optimizar las relaciones sociales, su estabilidad y su capacidad comunicativa. Los estudiantes que se enfrentan a su primera experiencia en la universidad suelen sufrir pequeños periodos de crisis y estrés. La toma de contracto, el cambio, la búsqueda de nuevos amigos, los prejuicios, la timidez... en estos momentos es cuando la expresión oral comienza a tomar mayor protagonismo y relevancia como estrategia. Por este motivo se planifica nada más comenzar el curso académico. Se pretende, en definitiva, dotar al alumno de herramientas comunicativas que mejoren su interacción con los demas desde un enfoque profesional.