01/12/2022

Los ácidos grasos como el omega-3 frenan el declive cognitivo relacionado con el envejecimiento y la neurodegeneración

Es una de las principales conclusiones del artículo de revisión liderado por Núria Casals y Rut Fadó, investigadoras del departamento de Ciencias Básicas de UIC Barcelona. El trabajo también muestra que el consumo de determinados componentes alimentarios obesogénicos contribuye a una disminución de la salud, tanto metabólica como cognitiva.

Estamos rodeados de un ambiente lleno de una gran variedad de estímulos alimentarios de bajo perfil nutricional que pueden conducir fácilmente a situaciones fisiológicas complicadas para la salud. La obesidad, por ejemplo, puede considerarse un factor de riesgo en el desarrollo de enfermedades crónicas, y no es simplemente el resultado de comer en exceso. El grupo de investigación en Neurolípidos de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de UIC Barcelona analiza en el artículo “Feeding the Brain: Effect of Nutrients on Cognition, Synaptic Function, and AMPA Receptors” los efectos de determinados nutrientes en nuestra salud cerebral.

El estudio, liderado por la Dra. Núria Casals y la Dra. Rut Fadó, afirma que la ingesta de ácidos grasos saturados y azúcares simples, presentes en el queso, la mantequilla, la bollería y los refrescos, contribuyen al deterioro progresivo de nuestra memoria. Una de las consecuencias más relevantes del daño neurológico ocasionado en nuestro cerebro es el aumento del riesgo de sufrir enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer.

Por el contrario, el consumo de ácidos grasos insaturados, como es el caso del omega-3, presentes en la dieta mediterránea, parece producir un efecto neuroprotector del declive cognitivo, capaz de revertir la mayor parte de los efectos nocivos de los ácidos grasos saturados a nivel sináptico.

“La revisión exhaustiva que hemos realizado supone un gran adelanto en el campo de la nutrición puesto que nos ha permitido concluir que un consumo equilibrado de alimentos ricos en grasas saturadas combinado con insaturadas no parece perjudicar la salud cerebral” aseguran las doctoras Núria Casals y Rut Fadó, autoras principales del estudio.
 

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