20/01/2017

Pere Gimferrer: ‘Carlos Pujol se manifestaba siempre como de segunda; esta es su grandeza’

Se cumplen cinco años del fallecimiento del humanista y escritor Carlos Pujol. Con este motivo, UIC Barcelona, depositaria del fondo personal del autor, ha organizado una jornada homenaje en la que han participado escritores, críticos literarios y editores. A lo largo de los dos días de la jornada los distintos ponentes han ido desgranando las disciplinas literarias en las que Carlos Pujol trabajó: la poesía, la novela, los aforismos, el ensayo, la traducción, la edición. Fue autor de 50 obras literarias y traductor de otras 80. En palabras de su amigo y  tambien escritor Pere Gimferrer: “se manifestaba siempre como de segunda; esta es su grandeza”.

La jornada fue inaugurada ayer lunes por el Dr. Xavier Gil, rector de UIC Barcelona, quien destacó cómo Carlos Pujol impregnó su vida y su trabajo de humanismo cristiano y agradeció a quien fue profesor de nuestra universidad su magisterio, su entrega y generosidad. Por su parte, José Creuheras, presidente del Grupo Planeta y de Atresmedia, amigo de Carlos Pujol y miembro del jurado del Premio Planeta durante más de 40 años,  destacó que era un “sabio polifacético” hacia quien tenía mucho cariño y admiración. La Dra. Teresa Vallès, investigadora principal del proyecto, presentó el fondo personal y la nueva web, herramienta indispensable para quienes quieran saber más de la figura del prolífico escritor, que pasó desparcebido para la gran mayoría de la crítica literaria de su tiempo. Marta Lagarriga, viuda del humanista, quiso subrayar que su marido no dio ninguna importancia a no obtener premios literarios, sino a publicar. Una forma sabia de dedicarse a la literatura; elección que  tomó cuando él estaba en el centro del sistema y nunca se aprovechó del poder que tenía en la editorial Planeta.

José María Pozuelo Yvancos,  crítico literario, expuso el perfil humanista de Pujol  y se detuvo especialmente en la novela histórica, centrada en París y en Londres. Se estrenó con La sombra del tiempo, recientemente reeditada. Carlos Pujol “entendió que la literatura estaba fertilizada en ciertos lugares igualmente importantes, no solo la novela en sí”, declaró. Por su parte, Andrés Trapiello aseguró que “la poesía es a Carlos Pujol lo que un dibujo a un escultor. Entra con una voz que no se parece a nadie”. Usaba el alejandrino, verso típicamente francés y empezó a publicar poesía a los 50 años. El crítico literario David Castillo destacó que sus críticas eran poco militantes: “Su ironía era una distancia. Decía lo que tenía que decir, sin aspavientos ”. Por su parte, Ernesto Ayala, que en 1982 publicó una crítica de La sombra del tiempo en las páginas de la revista El viejo topo, se lamentó de no haberle encargado a Carlos Pujol un libro sobre la vida de Cervantes en Roma.

Gaston Gilabert, profesor de la Facultad de Humanidades en UIC Barcelona, leyó la intervención de Manuel Longares, que no pudo acudir al acto por problemas de salud. “Ni en la novela, ni en la poesía, ni en el ensayo fue más personal que en el aforismo”, escribe  Longares; esa “forma sinuosa de contar las cosas, cargadas de humor, en el que debía sentirse muy cómodo”. Pujol escribió tres libros de aforismos, en los que reflexiona sobre la escritura y cómo debería ser el escritor: “La tarea de la escritura es fundamental y también superflua. Se escribe a tientas y a ciegas, con las palabras como lazarillos”. Para él la literatura debía tener siempre un punto de exageración: “Completa la vida por el lado de los sueños”, escribió.  “Cuando a alguna cosa se le comienza a conceder importancia es que ya pertenece al pasado”: con ese aforismo Manuel Longares definió a Carlos Pujol: un hombre escéptico, irónico, sencillo, honrado, bondadoso, paradójico.

Andreu Jaume, traductor, le equiparó a T.S. Elliot, con absoluta ambición literaria para adentrarse y navegar por la tradición occidental con total comodidad, sin renunciar a ningún  tipo de reto. Para su generación era un referente de la literatura francesa. “Pujol como traductor tenía mucho oído y, a medida que va traduciendo, va creando una tradición”, declaró.

La jornada homenaje terminó con una mesa redonda con los cuatro editores de las obras de Carlos Pujol: Manuel Borrás (Pre-Textos), Miguel Ángel del Arco (Comares), Daniel Fernández (Edhasa) y José Ángel Zapatero (Menoscuarto). En la clausura del acto, Carlos Pujol Lagarriga, hijo del escritor, leyó un relato inédito del escritor como colofón del homenaje.