14. La tarea universitaria se entiende como el resultado de la conjunción y convergencia de las actividades personales de los que forman parte de la Universidad —profesores, personal de administración y servicios y estudiantes—, los cuales se incorporan libremente a esta para realizar una tarea común de servicio con sentido de corresponsabilidad. Al incorporarse, todo el mundo se compromete a cumplir las obligaciones inherentes a su función, a ejercer los derechos que tienen dentro de la Universidad y a respetar y facilitar, siempre que sea posible, la tarea de los otros.
15. La Universidad está convencida de la importancia que tiene el trabajo, siendo como es un medio de desarrollo de la propia personalidad, una forma de contribuir a la utilización adecuada de los recursos naturales y al progreso humano, una manera de participar positivamente en la configuración y consolidación del entramado social y una vía para establecer vínculos de solidaridad y de servicio con los otros. En consecuencia, la Universidad aspira a hacer que, con la colaboración de todos, haya un ambiente de laboriosidad y que cada uno ponga en su trabajo espíritu de superación y se esfuerce al realizarla con la máxima intensidad y perfección humana posible. La Universidad considera que el amor al trabajo constituye un elemento fundamental de su acción educativa.
16. La buena calidad de la actividad universitaria reclama también este afán de superación en el trabajo. El profesor debe procurar impartir una enseñanza actualizada en la que se haga uso de los métodos didácticos más apropiados, y realizar una investigación científica rigurosa y avanzada sobre temas en los que se puedan conseguir aportaciones originales valiosas para la sociedad. El alumno debe poner interés, atención y dedicación en los estudios, de manera que alcance los niveles más altos de preparación de acuerdo con sus aptitudes y dotes personales. Todo el mundo se tiene que emplear en la mejor ejecución de los cometidos que le corresponde en la Universidad.
17. La educación presupone la relación personal entre profesores y estudiantes y la participación activa de unos y otros en el proceso educativo. Por este motivo, la Universidad propugna una enseñanza personalizada, con una proporción adecuada entre docentes y discentes, y la generosa dedicación del profesorado al asesoramiento académico individual al estudiante para que este pueda obtener un rendimiento óptimo. Las relaciones entre profesores y alumnos tienen que poder ser abiertas, sencillas y cordiales; estar presididas por criterios de justicia, y dirigirse a conseguir el mayor bien del estudiante.
18. El amor a la libertad y a la educación en la responsabilidad personal inspiran toda la vida universitaria. La Universidad respeta la libertad de cada uno, al mismo tiempo que fomenta el uso responsable de esta libertad y estimula la libre iniciativa de todo el mundo como forma de conseguir el enriquecimiento de la propia personalidad y como valiosa contribución al bien general, en un ambiente de confianza recíproca que hace innecesaria la aplicación de medios coercitivos. La metodología educativa incluye sistemas de evaluación que permiten al estudiante conocer su propio aprovechamiento. De manera análoga, todos dispondrán de medios de autocontrol respecto de su efectividad en la tarea personal a fin de que puedan, en su caso, mejorarla con responsabilidad e iniciativa.
19. La Universidad procura, en su función educativa, el desarrollo integral de la personalidad, con atención a todas sus dimensiones. Intenta proporcionar una preparación profesional de calidad y competencia y, al mismo tiempo, busca la mejora de la formación humana, la elevación cultural y espiritual y la adecuada condición física de los estudiantes. En todos fomenta el espíritu de servicio a los demás, la solidaridad y el firme compañerismo.
20. Para conseguir mejor sus objetivos educativos, la Universidad, además de impartir las enseñanzas que integran los diferentes planes de estudio, promueve actividades variadas de carácter cultural, artístico, deportivo, etc., así como otros de naturaleza asistencial y de solidaridad social, en los que el estudiante puede participar libremente, según sus preferencias e inclinaciones.
21. En la comunidad universitaria participan personas de diferentes creencias religiosas, de diferentes tendencias ideológicas o políticas y de opiniones muy diversas. En una atmósfera de respeto mutuo, de comprensión recíproca, de confianza y amistad, la Universidad estimula la capacidad crítica y la libre formación de las convicciones personales y sensibiliza el interés por el conocimiento y el estudio de las cuestiones que se plantean en la sociedad. No obstante, entiende que la Universidad no es el lugar para defender posiciones políticas concretas ni para la lucha partidista, que encuentran el curso apropiado en otras instituciones sociales. De esta manera, la Universidad prepara para la convivencia ciudadana pacífica y efectiva y para la promoción del bien general de la sociedad, dentro del pluralismo legítimo.
22. La Universidad, persuadida por la elevada significación que la dimensión religiosa tiene en la personalidad humana, pone a disposición de todos sus miembros enseñanzas de ética y teología que les faciliten conocer la doctrina católica en harmonía con el nivel propio de la formación universitaria. Asimismo, les ofrece varios medios de atención espiritual, de los que pueden hacer uso en la medida en que libremente lo deseen. A solicitud del Patronato de la Universidad, la Prelatura del Opus Dei se ocupa de la atención pastoral de toda la comunidad universitaria, del nombramiento de los curas y de la selección y formación de los profesores de Teología.
23. La Universidad arbitrará, en la medida posible, directamente o mediante otras instituciones con las que tenga relación, varias formas de ayudas al estudio con la finalidad de que las personas que reúnan la capacidad intelectual apropiada, acrediten el rendimiento académico necesario y no dispongan de recursos económicos suficientes puedan cursar los estudios superiores. De esta manera, entiende que cumple un aspecto importante de su deber de servicio a la sociedad, favorece la permeabilidad social y fomenta la solidaridad.
Aprobado por el Patronato con fecha 31 de enero de 2006