04/04/2024

Núria Casals: “La dieta cetogénica tiene efectos beneficiosos sobre la memoria”

Así lo afirma la catedrática en Farmacología de UIC Barcelona en un artículo publicado en ‘The Conversation’. Bajo el título “¿Cuánta glucosa necesitamos realmente?”, la investigadora del Departamento de Ciencias Básicas muestra diferentes dietas a las que se recurre actualmente para perder peso y su impacto sobre el metabolismo y la salud cerebral

Cada vez son más las personas que incorporan en su día a día hábitos de vida saludable que repercutan positivamente no solo en su salud física sino también mental. Contar con una buena alimentación es clave para lograr este objetivo, y para ello en los últimos tiempos han ganado popularidad dietas como la cetogénica o el ayuno intermitente. Ambas estrategias tienen en común que provocan un descenso de los niveles de glucosa en sangre. Teniendo en cuenta que esta es el principal nutriente del cerebro, la catedrática de UIC Barcelona explica en el artículo publicado en The Conversation cómo afecta cada una de estas dietas al cerebro, qué beneficios aportan y qué las diferencias de la dieta mediterránea.

“La dieta cetogénica reduce el consumo de azúcares y aumenta el consumo de grasas de origen vegetal y animal, que provocan que los tejidos oxiden grasas en lugar de glucosa como principal fuente de energía”, explica la catedrática y profesora del área de Biomedicina de la Universidad. Esto induce a la producción de cuerpos cetónicos como nutrientes del cerebro, en un proceso conocido como cetosis. El ayuno intermitente sigue un proceso similar.

Como detalla en el artículo Núria Casals, distintos estudios han demostrado que los cuerpos cetónicos generados por estas dietas “no solo actúan como sustitutos energéticos de la glucosa en el cerebro, sino que tienen la capacidad de reparar nuestras neuronas”. De este modo, mejoran la funcionalidad y plasticidad cerebral, y contribuyen a prevenir el deterioro cognitivo en determinados colectivos como personas de edad avanzada. Además, como muestra un estudio reciente del grupo de investigación que lidera Casals, “los cuerpos citogénicos neutralizan los efectos negativos de las grasas saturadas sobre la cognición”.

Por su parte, la dieta mediterránea tradicional, rica en carbohidratos complejos, grasas insaturadas y fibra, también muestra beneficios para la salud en general al tiempo que previene el declive cognitivo en personas mayores y enfermos de Alzheimer. Ante los beneficios que muestran las tres dietas, Núria Casals advierte que “hay una diferencia determinante a tener en cuenta antes de elegir una estrategia u otra. Mientras que la dieta mediterránea es equilibrada y no conlleva ningún riesgo para la salud, el ayuno intermitente y la dieta cetogénica requieren supervisión médica, ya que pueden ser contraproducentes en determinadas situaciones”.

El artículo publicado por la investigadora de UIC Barcelona muestra que reducir el consumo de azúcar no es perjudicial para el cerebro. Por el contrario, un consumo excesivo de azúcares simples como la sacarosa, la glucosa o la fructosa sí que tiene efectos negativos sobre la memoria y las funciones cognitivas, ya que desencadena resistencia a la insulina, con lo que potencia el declive cognitivo, especialmente en enfermedades neurodegenerativas.

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